pasodoble contra la explotación infantil


Siendo de madrugá
echa los pies abajo
y sin desayunar
se va para el trabajo.

Andando una hora a pie
varios kilómetros camina
pa meterse en la mina
hasta el anochecer.

Hoy de nuevo será
una jornada larga
acarreando piedras
como un mulo de carga.

Ya tiene el corazón
más duro que sus manos
de tanto trabajar se acostumbró
a hacerlo como un esclavo.

Sin derecho a protestar.
Sin derecho a descansar.
Sin el derecho siquiera
de ponerse malo.
No lo defenderá
nunca ningún sindicato.

Un ratito pa comer
y venga, ,vamos otra vez,
que el sueldo
lo está esperando su gente.
Sabiendo que su familia
de él depende.
Tragando saliva,
aprieta los dientes.  




Su nombre es Osvaldo
y vive en Ecuador,
y con sólo nueve años
trabaja de sol a sol.